Gioconda Belli: la revolución no fue como esperaba
Exiliada desde hace cuatro años, la escritora nicaragüense Gioconda Belli ha encontrado en la distancia una oportunidad para redescubrirse. Aunque ha sido un proceso doloroso, el exilio no ha silenciado su voz: la escritura sigue siendo su refugio, su trinchera y su forma de resistencia.
Nacida en Managua el 9 de diciembre de 1948, Belli mostró desde joven una profunda pasión por la literatura. En 1969 publicó su primer poema, y un año después ganó el Premio Mariano Fiallos Gil con Sobre la grama, iniciando una trayectoria marcada por un estilo erótico, íntimo y político. Su poesía, considerada subversiva en una sociedad conservadora, la colocó como una figura disruptiva en el ámbito cultural.
A comienzos de los años 70, se integró al Frente Sandinista de forma clandestina, participando en la lucha contra la dictadura somocista. Tras el triunfo de la Revolución, asumió cargos en el nuevo gobierno. Sin embargo, con el tiempo tomó distancia del FSLN y, desde 2007, se ha convertido en una crítica frontal del régimen de Ortega y Murillo.
En 2023, fue despojada de su nacionalidad por el actual gobierno, un acto que inspiró su poema Despatriada, símbolo del dolor del exilio. Pese a todo, Belli no renuncia a su país. Afirma que volverá, viva o muerta, a Nicaragua.
Su legado literario, traducido a más de 20 idiomas, continúa cruzando fronteras, manteniendo viva su voz y su lucha por la libertad.