El fotoperiodista nicaragüense Óscar Navarrete Aguilar, con 38 años de trayectoria, vive actualmente en el exilio tras haber sido forzado a dejar su país por el recrudecimiento de la represión contra la prensa. Aunque a lo largo de su carrera fue testigo de cómo muchos colegas abandonaban Nicaragua, nunca imaginó que él mismo tendría que hacerlo, y menos en las duras circunstancias que enfrentó.
Trabajó por décadas en el diario La Prensa, donde sus fotografías obtuvieron amplio reconocimiento. Sin embargo, en sus últimos años en Nicaragua, el ejercicio del fotoperiodismo se volvió casi imposible. Se vio obligado a laborar de manera clandestina, temiendo ser detenido por el ejército o la policía. Esta situación limitaba su capacidad de documentar con libertad, algo esencial para su oficio.
Navarrete recuerda con pesar el 13 de agosto de 2021, cuando la Policía tomó las instalaciones de La Prensa. Aislado en casa con COVID-19, vivió ese momento desde la distancia, deseando estar presente con su cámara. Considera que el cierre del diario afectó no solo a los periodistas, sino a todo el personal y sus familias. Compara la censura actual con la de los años 80, aunque ahora —dice— hay un sistema legal que judicializa y criminaliza a los medios.
Pese al exilio, su pasión por el fotoperiodismo lo mantiene firme. Aunque intentó alejarse, no pudo. “Sobreviví a una guerra y a desastres naturales, puedo sobrevivir a una dictadura”, afirma. Su compromiso con La Prensa y con contar la historia de Nicaragua a través de imágenes sigue intacto. Desde el exilio, continúa resistiendo con su cámara en mano.